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Si hay un monumento característico de los Estados Unidos es la Estatua de la Libertad. Un regalo que hizo Francia, el cual se convirtió en un faro de esperanza para quienes buscaban una vida mejor. ¿Cuáles elementos recuerdas de ella? Seguramente, su imponente corona con púas y la antorcha. Sin embargo, no podrás creer lo que guardan otros aspectos de su diseño.
Símbolos vitales por todas partes
Se trata de un monumento que está lleno de muchos símbolos significativos. Presta atención.
En principio, sobre la cabeza descansa una corona de púas, que significa que la luz llega a cada rincón de la Tierra. Así mismo, en su mano izquierda sostiene otro importante elemento.
Reconociendo la Declaración
Es una tablilla con números romanos. ¿Hace referencia a algo? A la fecha en que se fundaron los Estados Unidos. Es decir al día la Declaración de Independencia.
Sin embargo, el plan para honrar un evento como este no salió como lo habían planificado.
Muy atrasado
El objetivo era tenerla lista en julio de 1876, cuando se cumplía exactamente el centenario del hecho histórico. Por esto, Frédéric Auguste Bartholdi comenzó a construirla en Francia un año antes.
No obstante, después se dieron cuenta de que estos cálculos fueron ambiciosos, ya que solo hasta 1884 pudieron ver la obra terminada.
Controversia
Entonces, esa década de retraso solo llevó desconcierto para la población. Por ejemplo, ¿cómo es que una mujer representaría la libertad del país, cuando el derecho al voto estaba vetado para ellas?
Las sufragistas protestaron y luego su misión fue reconocida con el significado de la antorcha.
Iluminación para todos
De hecho, debido a que representa la iluminación del camino hacia la libertad, muchos opinan que esta es la parte más importante de la estatua.
Ahora bien, así como crear piezas cargadas de significado fue un desafío para Eiffel, construirlas, ensamblarlas y transportarlas por el Atlántico fue otro reto.
Envío y reconstrucción de la estructura
Nada logró detener el proyecto. En una primera etapa, la estructura se montó en París. Luego, cuando todo encajó, desmontaron las partes y las enviaron a Nueva York en una fragata.
Llegó el 17 de junio de 1885 y comenzó la segunda fase que consistió en reconstruirla nuevamente.
Los inmigrantes son bienvenidos
Tardaron un año en finalizarla y sirvió para darles la bienvenida a los inmigrantes que llegaban al país en barcos. Exactamente, buscaban libertad, así como el significado del monumento. ¿Qué opinaban estos grupos de la estatua?
¿Cómo fue la experiencia que vivieron con ella? Tan única que, desde entonces, pocos han vivido algo parecido.
Cancelar la antorcha
Ellos pudieron ascender hasta la antorcha.
Sin embargo, en 1916 durante la Primera Guerra Mundial, cerraron el área por una explosión masiva que provocaron los alemanes. Incluso, el monumento se vio inmiscuido en otros acontecimientos bélicos.
El símbolo misterioso
En pleno apogeo de la Guerra de Vietnam, acaparó la atención. Un año antes, en 1970, un grupo de activistas se concentró en el lugar para reclamar por los derechos de las mujeres.
¿Crees que la conoces por completo? Hay un símbolo en todo el conjunto que pocos saben que existe.
Observe el pie
Por lo general, la atención se centra en la parte superior: la corona, la antorcha y la tablilla.
Ahora bien, baja la mirada a sus pies y ve cómo el derecho se levanta del suelo ligeramente. ¿Crees que significa algo?
Liberada de grilletes
Voltea la vista hacia el pie izquierdo, ¿ves esa cadena rota? Sí, ese detalle representa el momento en que Lady Liberty se está liberando de los grilletes que la mantenían prisionera.
Es preciso destacar que Laboulaye, con sus profundas creencias, fue quien ideó este símbolo.
Enviando un mensaje
Fue un francés abolicionista que expresaba una profunda admiración por el país americano.
Además, aunque en esta región europea estaba prohibida la esclavitud, sus luchas y la de la Sociedad Antiesclavista de Francia, del cual fue presidente y cofundador, abogaban para que esta práctica no tuviera lugar en ninguna parte del mundo.
Símbolo perdurable
Entonces, la Estatua tenía un propósito más.
Así como era un símbolo de libertad también llevaba un mensaje contundente en pro de la eliminación de la esclavitud y la difusión de la iluminación. Hay más, sí, otro elemento que nadie puede seguir ignorando.
The New Colossus
Para lograr la instalación masiva de la estatua, los encargados necesitaban recaudar dinero. Para ayudar, la poeta Emma Lazarus escribió, en 1883, un poema titulado "The New Colossus".
El texto presentó a Estados Unidos como un santuario seguro. Sin embargo, en 2019 apareció una polémica.
Un intento de modificar el poema
Los grupos que se oponían a los movimientos migratorios sugirieron cambiar una frase. El objetivo era invitar a quienes llegaran al país a no convertirse en una carga pública.
Aunque nadie se tomó en serio la propuesta, el debate alrededor de ella generó conversaciones importantes.
¡Dale un abrazo!
No obstante, el poema permanece intacto. La estatua también. Durante generaciones representó el símbolo de bienvenida para los perseguidos. Todavía lo sigue siendo.
Y además, quienes la miran y admiran recobran, como ella, su fuerza de cobre.
Raíces extranjeras
Pero no hay que olvidar que el monumento tiene sus raíces en Francia.
El escultor Frédéric Auguste Bartholdi no encontró mejor idea para inmortalizar la amistad entre su país y los Estados Unidos. ¿Por qué lo hizo, si ni siquiera había puesto un pie en suelo americano?
Para qué son los amigos
Para hacerlo tuvo que buscar ayuda. ¿Alguien mejor que su amigo Edouard de Laboulaye? No, porque él también estaba ideando algo parecido. Entonces, pusieron en marcha el proyecto.
Para esto, este último creó la Unión Franco-Americana en 1875, logrando recaudar $ 250,000 para el financiamiento de la obra. Así los estadounidenses solo se encargarían de la base.
Un marco sólido
En 1875 inició el trabajo, en el que por cierto colaboraron otras personas. Dicen que el rostro de la estatua es el mismo que el de la madre de Bartholdi.
Lo cierto es que para elaborar el marco del diseño, el escultor reclutó al famoso ingeniero francés Alexandre-Gustave Eiffel, quien además construyó un esqueleto en donde se colocaron capas de cobre para formar la figura.
Rivalidad de ciudades
¿Cómo logró que los estadounidenses respaldaran el proyecto? Fue difícil. Bartholdi exhibió la mano y la antorcha en la Exposición del Centenario de Filadelfia. Los neoyorquinos fueron escépticos, por lo que escultor sugirió colocarla en Filadelfia.
Así, las dos ciudades se sumaron a una rivalidad impensada, por lo que la antorcha también llegó al Madison Square.
Recaudación de fondos
Aún faltaba dinero para el pedestal del monumento. Entonces, en la década de 1880, el Comité Estadounidense para la Estatua de la Libertad decidió vender mini modelos de recuerdo en todo el país.
Fue una gran idea, porque gracias a ellos la estatua se convirtió en un símbolo de Estados Unidos, mucho antes de que se erigiera por completo.
Inauguración oficial
Incluso, Pulitzer se sumó a las labores de recaudación. Con donaciones de $1 o menos, el periódico logró reunir $100,000 para completar el pedestal.
De esta forma, en 1885 el monolito llegó a Nueva York y un año más tarde, las 350 piezas que la conforman estuvieron ubicadas en su lugar. Como consecuencia la inauguración oficial fue en octubre de 1886.
La promesa de la libertad
¿Atracción turística? En esto se convirtió rápidamente. Pero desde 1892 también fungió como guardia de honor de la estación federal de inmigración, que se encontraba en la cercana y recién inaugurada isla de Ellis.
Hasta 1954, el puesto de control procesó unos 12 millones de inmigrantes. Todos ellos vieron la imponente estatua, antes de empezar su nueva vida.
Acceso limitado
Después de esto, ¿quién podría pensar que en algún momento la iban a cerrar? Bueno, así fue tras los ataques del 11 de septiembre de 2001. Incluso, por 100 días nadie pudo entrar a la isla, y durante tres años seguidos al monumento.
En 2009 se restableció la entrada a la corona, únicamente con reservación anticipada. Lo mismo sucedió con el acceso al pedestal.
La habitación secreta
Sin embargo, a pesar de su reapertura, una parte permaneció fuera del alcance del público.
Por ejemplo, una habitación secreta que siempre estuvo cerrada, luego de que casi un siglo atrás la ciudad de Nueva York fuera sacudida por un evento impactante.
El incidente inicial
Se trata de una explosión que estalló en la oscuridad de Black Tom Island, el 30 de julio de 1916. El lugar, al igual que Liberty Island, está situado en el puerto de Nueva York.
Ese día, el estallido se escuchó a kilómetros de distancia, las ventanas de Manhattan quedaron destruidas y siete vidas se perdieron.
Una Explosión Terrible
Algo tan devastador no había pasado con anterioridad. De hecho, fue tan increíble que catalogaron el evento como el peor que jamás haya ocurrido en la ciudad.
Así lo dijo a NBC News, Kenneth Jackson, experto en la historia de Nueva York y profesor de la Universidad de Columbia, en 2018.
Subiendo en humo
Según The New York Times, la explosión midió 5,5 en la escala de Richter y convirtió en humo dos millones de libras de municiones. En comparación con el colapso del World Trade Center la fuerza que produjo fue 30 veces mayor.
Incluso, hasta los sucesos del 11 de septiembre, ese ataque terrorista era considerado como el más destructivo en suelo estadounidense.
Problemas de guerra
Se produjo durante la Primera Guerra Mundial. Para ese entonces, Black Tom era un lugar importante en la dinámica que se empleaba para transportar armamentos.
Ahí el Ferrocarril de Lehigh Valley recogía grandes cantidades de armas en distintos almacenes para enviarlas hacia Gravesend Bay y luego a Europa.
No tan neutral
Exactamente, caían en manos de los británicos, franceses, rusos y japoneses. Aunque, oficialmente, Estados Unidos jugaba un papel neutral, no le vendía armas a Alemania, porque este no podía pagarlas.
No obstante, al verse perjudicado, probablemente consideraban las transacciones con las naciones enemigas como actos de guerra, explicó Jackson a NBC News.
Sabotaje
Entonces, dada la importancia de Black Tom Island muchos pensaron que la explosión fue producto de un sabotaje. Entre ellos, el inspector Thomas J. Tunney del Departamento de Bombas de la Policía de Nueva York.
Quien, además, sugirió que los culpables pudieron ser los nacionalistas indios o irlandeses que se oponían al dominio británicos. ¿Evidencias? Ninguna.
Encontrar a los sospechosos
En realidad, fue difícil hallar a los culpables. Por pruebas insuficientes, las autoridades tuvieron que liberar a Michael Kristoff, un inmigrante alemán de entonces 23 años.
También, revocaron la sentencia de Lothar Witzke, un marinero alemán que estaba relacionado con otro caso de espionaje.
¿Cómo pasó?
El misterio quedó resuelto después de la Primera Guerra Mundial. Los responsables del bombardeo de Black Tom Island fueron unos espías alemanes, quienes organizaron todo desde la casa de una cantante de ópera germano-estadounidense, en Manhattan.
Así lo descubrieron unos abogados que trabajaban en un tratado de paz entre EE. UU. y Alemania, en 1921.
Reclamos de seguro
¿Ganancias? A pesar de la destrucción, los propietarios de Black Tom Island y sus compañías lograron el acuerdo más grande que un tribunal internacional ha otorgado. Recibieron $21 millones en daños y otros $29 millones en intereses.
Ese fue el resultado del tratado de paz que se conquistó en 1939. ¿Y Hitler? Como canciller alemán, sintió que las cifras eran exageradas.
Liquidación de deudas
Entonces, en 1952, la República Federal de Alemania renegoció el acuerdo. Primero, hizo un pago inicial de $3 millones en 1953. ¿El resto? 26 años después quedó saldada la deuda.
Con esto, parece que todos, incluso en Nueva York, olvidaron los atentados con bomba de Black Tom.
Cayendo en la oscuridad
Quizás esto es producto del aislamiento en el quedó la isla después de la explosión. Ahora, pocos la conocen, ni siquiera saben su ubicación exacta.
De ahí que haya desaparecido de la conciencia pública, especuló Jackson en NBC News.
Un tiro en el brazo
Sin embargo, su legado sigue vivo. Aún hay evidencias de los rastros que la detonación dejó en la Estatua de la Libertad. Cientos de metrallas la alcanzaron y golpearon su brazo extendido y la antorcha. A raíz de esto, ningún visitante pudo acceder a estas partes.
Para los expertos, era inseguro subir una escalera de 40 pies hasta la cima, que tenía vistas al puerto de la ciudad.
Un privilegio raro
Si bien los militares permitieron que algunos visitantes llegaran a la antorcha, en 2018 aclararon que este era un privilegio que solo personas especiales podían disfrutar.
Lo dijo John Piltzecker, superintendente del Monumento Nacional a la Libertad a The New York Times.
Esparciendo rumores
Desde su cierre, quienes sí suben hasta la antorcha con frecuencia son los trabajadores de mantenimiento. Ahora bien, hay visitantes que aseguran que han llegado hasta la cima. Imposible.
Tal vez, confundieron el lugar con la corona, que sí permanece abierta al público.
Lo ha escuchado antes
Incluso, Stephen A. Briganti, director ejecutivo y presidente de la Fundación de la Estatua de la Libertad-Isla Ellis, le contó a The New York Times que ha escuchado a algunas personas aseverar que han llegado hasta allá. ¿Su respuesta?
Tajantemente, les asegura que la única forma de que lo hayan logrado es que sean, realmente, muy viejos.